16 feb 2012

Carnaval en el Mercado



Entre verduras, terneras, sardinas o frutos secos, cada año el mercado barcelonés de Collblanc pierde su habitual ajetreo e histeria y se dedica por unas horas a olvidarse de las ventas, la crisis y el malestar, transformándose de arriba a abajo en un lugar multicolor, alegre y bullicioso, donde imperan los disfraces y las sonrisas, aunque los precios no bajen por ello.
Es tradición que el viernes de Carnaval acudan al recinto y su anillo exterior las escuelas de primaria de la zona, niñas, niños y profesores, disfrazados todos por igual y cantando canciones apenas inteligibles, lo que provoca cariñosas sonrisas entre unas mujeres (y algunos hombres) que se estaban entristeciendo por minutos, viendo como desaparecía su dinero en la compra del dia.
Los vendedores de las paradas también se disfrazan, de lo que pueden, quieren, o acuerdan por sectores. No hay glamour, no se busca tampoco. Es la diversión por la diversión.
Este pasado sábado se me pidió un reportaje informal sobre el evento y la verdad es que se convirtió en una agradable tarea en la que lo difícil fue el "robado", ya que al ver la cámara prácticamente todo el mundo posaba con una sonrisa. Incluso algunos clientes querían inmortalizarse con el vendedor de su parada de toda la vida.
Recordé entonces la célebre batalla legal por el derecho a la propia imagen y las denuncias y multas que le pueden caer a uno por fotografiar personas en la calle.
¿El Carnaval es la gran medicina que nos quita la tontería y la doble moral, aunque sea únicamente durante una semana al año?
¿Esos dias tenemos los sufridos fotógrafos una especie de bula para fotografiar libremente todo lo que se menea?
¿Quizá el Gran Hermano, que afortunadamente no es la recalcitrante Iglesia, nos tocó de la cabeza por unos dias para devolvernos a lo que debería ser el verdadero estado del ser humano?
No sé, pero si así fuera, ¡¡¡¡Viva Carnaval !!!
Y este 2012 especialmente, regresé a casa con una agradable sensación de bienestar. Aquella misma que durante cierto tiempo, escaso, eso sí, consiguió que olvidara una realidad: que mi compra en el mercado era de promedio un 10% más cara que el año pasado por las mismas fechas y que aquellos que habían venido al mercado en bus, que los hay, aún debían rascarse el bolsillo con 4€ más (2€ de ida y 2€ de vuelta, ¡¡que eso sí es un Carnaval, pero maldito!!).

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