La Genoveva es el nombre cariñoso con el que los Bomberos de Barcelona bautizaron en su dia a este vehículo.
Se trata de una camioneta bomba (o tanque) de la marca Delahaye, modelo 84 PS de 1922.
Era capaz de suministrar agua a ocho mangueras a la vez.
El Servicio conserva en la actualidad uno sólo de estos modelos que cuida y mima como oro en paño, para poder lucirlo en todo su esplendor en algunas cavalgatas o, como es el caso, durante el rallye de Sitges.
Esta ancianita aún se encuentra con la forma y humor suficientes como para cubrir con alegría los 42 km del recorrido, superando las tortuosas Costes de Garraf, con cuatro o cinco bomberos a cuestas que disfrutan como locos, haciendo sonar las campanas y saludando a diestro y siniestro. No en vano, ojalá todas sus salidas tuvieran el cariz que tiene ésta.
Quisiera con estas palabras rendir un emotivo y sentido homenaje a estos hombres, a este colectivo que se juega la vida por nuestra seguridad de manera anónima y sin importarle en absoluto los terribles handicaps de su profesión.
Por eso y por muchas más cosas, se me enciende la sangre cada vez que alguien con el culo pegado a la silla de su despacho, se atreve a coaccionar alcaldes, o manipular y esconder informes para que nadie sepa que por su inoperancia, algunos de estos héroes llegan a morir acorralados por el fuego.
Mi admiración y respeto por este Cuerpo, sea cual sea su origen.
Se trata de una camioneta bomba (o tanque) de la marca Delahaye, modelo 84 PS de 1922.
Era capaz de suministrar agua a ocho mangueras a la vez.
El Servicio conserva en la actualidad uno sólo de estos modelos que cuida y mima como oro en paño, para poder lucirlo en todo su esplendor en algunas cavalgatas o, como es el caso, durante el rallye de Sitges.
Esta ancianita aún se encuentra con la forma y humor suficientes como para cubrir con alegría los 42 km del recorrido, superando las tortuosas Costes de Garraf, con cuatro o cinco bomberos a cuestas que disfrutan como locos, haciendo sonar las campanas y saludando a diestro y siniestro. No en vano, ojalá todas sus salidas tuvieran el cariz que tiene ésta.
Quisiera con estas palabras rendir un emotivo y sentido homenaje a estos hombres, a este colectivo que se juega la vida por nuestra seguridad de manera anónima y sin importarle en absoluto los terribles handicaps de su profesión.
Por eso y por muchas más cosas, se me enciende la sangre cada vez que alguien con el culo pegado a la silla de su despacho, se atreve a coaccionar alcaldes, o manipular y esconder informes para que nadie sepa que por su inoperancia, algunos de estos héroes llegan a morir acorralados por el fuego.
Mi admiración y respeto por este Cuerpo, sea cual sea su origen.
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